lunes, 6 de julio de 2009

Panorama ciudadano


Cuando se levanta una calle a causa de las obras, se arrastran con el pavimento fuentes y buzones que no vuelven a ser colocados en su sitio o aledaños. En la última década han desaparecido ambas estructuras públicas. Y si podemos echar la culpa a las nuevas tecnologías de la desidia de Correos (yo, que vivo en el centro, sólo puedo echar echar mis cartas al buzón de la Oficina central, cuando hace años tenía uno a dos minutos de casa y un rosario de postes antes de llegar a la primera estafeta de la ciudad), ¿a quién culpamos de que los ciudadanos no puedan aplacar su sed en esta era de plazas duras y grandes avenidas donde se ensaña la canícula? ¿Tan cara es el agua como para obligarnos a entrar a un bar o a una tienda de frutos secos en lugar de echar un trago a costa de la contribución municipal?

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