miércoles, 7 de octubre de 2009

Adiós a Alberto Sánchez


La noticia me ha llegado esta mañana por sms: Alberto Sánchez Millán ha fallecido. Para quien no lo conociese y le guste el cine, que sepa que debería de haberlo conocido. Era, en lo personal, lo que tradicionalmente se considera "genio y figura". Pero también era parte de la tradición cinematográfica de nuestra Comunidad: cineclubista, programador, educador, cortometrajista y crítico cinematográfico (amén de gastronómico). Mi educación cinéfila depende en una parte de los ciclos que organizaba en Ibercaja a finales del pasado siglo. Mi accidentada carrera periodística se lucró de conocerlo en el ámbito del Festival de Cine de Huesca. Coincidí con él en muchas ocasiones y pocos favores tuve la oportunidad de devolverle. Y me abstendré de relatar aquí un puñado de simpáticas anécdotas que siempre podré evocar con amigos comunes.

Imagino que de joven disfrutó de "El orgullo de los Yankees", bopic de Lou Gehrig, el mítico jugador del equipo de béisbol neoyorquino que sufrió la misma enfermedad inmisericorde que, tras postrarle a una silla de ruedas, en poco más de un año ha acabado con la vida de un Alberto siempre vital. La ELA se lo ha llevado, pero su legado permanece. Como ya hay quien se encargará de su archivo, creo que otros deberíamos prolongar su memoria a base de pequeños detalles que la honren. Por mi parte, los cines Renoir tendrán asegurado el roscón de Reyes, que será por siempre el que tradicionalmente (hasta este año inclusive) Alberto Sánchez les obsequiaba.

PS: me avergüenza reconocerlo. Mis problemas pesonales me tendrán hoy alejado de su capilla ardiente. Y mis obligaciones académicas de su funeral. Sin que ello sirva de excusa, le tengo en mi pensamiento sin que esto se limite a ser vanas palabras de protocolo: con su óbito, se me ha atragantado del todo un día ya de por sí ingrato para mí.

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