... dice la nueva campaña promocional de TUZSA. Bien: me subo al 30 este jueves, a eso de las 8.30 am. Al instante descubro el nuevo servicio de megafonía: una voz más infrahumana que de mujer, algo parecida a la dicción pastosa de una guiri yonki, reproducida en viejo LP a menos rpm de las grabadas, te informa (si logras entenderla) del destino final de la línea que has escogido (gentileza prácticamente innecesaria) y de la siguiente parada. Me miro con la joven desconocida que tengo enfrente y en un signo de complicidad empezamos a contener a duras penas la risa, mientras ponemos los ojos en blanco.
Aún falta lo mejor: cuando te has acostumbrado a esa voz de zombie o de general marciano invasor, resulta que le espeta a los muy locales usuarios su diatriba ilegible también en inglés y francés. Semos internacionales, pero también gilipollas. Ya no sé si en este país de tontolhabas o sólo en esta ciudad de caciques provincianos.
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