sábado, 19 de septiembre de 2009
Si el zapato ajusta...
He aquí la última entrada que pienso, directa o indirectamente, dedicar en mis dos blogs actuales a los "Malditos bastardos" de Tarantino. Desde su período de producción, jamás imaginé que me vería abocado a compartir la febril acogida multitudinaria que tan sólo el bache de su versión en Cannes provocó tal estreno. Me alegra decir que las gotas que he aportado en el mar de tinta que ha desbordado el pelotón del teniente Raine no han sido malgastadas, ni que la fe puesta en la cinta haya sido decepcionada.
"Inglorious basterds" es una obra total, plagada de referencias que ajustan más allá del imaginario Tarantiniano y que consigue no sólo devolver al cine su aura de espectáculo sin necesidad de sorprendente pirotecnia técnica, sustentándose exclusivamente en la grandiosidad de sus pretensiones narrativas y la construcción de personajes, sino congraciar a sus espectadores con la sensación de que han empleado bien su dinero y su tiempo, animándoles a regresar a una sala para disfrutar en compañía de la magia en la gran pantalla de la que adolecen nuestras pequeñas vidas.
Desde el homenaje inicial al spaghetthi-western de Leone, al granguiñolesco final heredero del exploit del cine bélico europeo de los setenta (¡impagables las humoradas a costa de cineastas como Antonio Margheriti, más aplaudido como Anthony M. Dawson... entre otros pseudónimos!), Tarantino logra hacer protagonista a su historia distribuyendo con acierto el peso de sus personajes a lo largo de varios actos que se equilibran envidiablemente entre su independencia y ser una pieza del puzzle.
Puzzle que no pasa por ser un fresco de la IIGM (con un sorprendente desenlace cuyo spoiler ahorraré, pero defendible desde el punto de vista de una obra de ficción que juega en el universo paralelo del 7º Arte), pero que en su pretensión de ser un (auto)homenaje a una vida cinéfila, aprovecha las máximas de la idea de espectáculo que antes he referido, aunque enmendando en ellas ciertos pasajes que ni toda la suspensión de incredulidad del mundo evitaba que nos torturasen a la salida de los odeones o al apagar el vhs...
En la guerra se muere de forma brutal y generalmente aleatoria; una muerte sucia que emborrona todos los planes y nuestras heroicidades pasadas de un plumazo. Y, naturalmente, en una guerra planetaria tu boca y tus gestos pueden delatatarte, algo que ha generado la polémica sobre la necedad de doblar una película cuyo argumento depende directamente de idiomas y acentos. Eso implica que el film sólo puede/debe verse en tres ciudades españolas que respetan esa premisa insoslayable y, por una vez, Zaragoza es una de ellas. Mejor: esta es una película cuyas batallas se libran en espacios cerrados y las palabras son tan dañinas como las balas...
No quiero cerrar esta entusiasta crónica sin sumarme a los elogios que han ido recogiendo dos de los actores del amplio elenco internacional: el alemán Christoph Waltz, merecidísima Palma de Oro en Cannes por su alucinante composición del educado sociópata Hans Landa; y la bellísima Mélanie Laurent, por dar aliento a su atormetada y decidida Shosanna Dreyfus. Mi percepción es que, bien la mano de Tarantino (en el guión o el montaje con su inseparable Sally Menke), o bien sus loables trabajos interpretativos, los convierten en las grandes revelaciones y auténticos protagonistas de este pastiche glorioso; y por ello encabezo esta entrada con sus rostros.
Dicho de otro modo y para que no haya dudas tras mi verborrea literaria: ¡obra maestra imprescindible (en v.o.s.e.)!
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9 comentarios:
Imagino en que este año que la principal candidatura a los Oscar presume de inflación retro, habrá hueco para la la peli de Tarantino (debería haberlo, aunque sólo la copase el quinteto habitual). En cualquier caso, el guión y alguno de sus intérpretes deberían fulgurar con luz propia en la velada de esos premios.
Y, respecto a las fotos... El malo y la (requete)buena fuman en ambas. Hacía mucho que no veía prender tabaco en el cine de estreno...
¡¡¡Vaya, vaya, con los fans de mr. Tarantino¡¡¡. Como resulta que la Constitución (que todavía no es la americana)contempla la libertad de opinión, permítaseme decir que la peli de ese reciclador de basuras cinematográficas me parece mala hasta decir basta. Los diálogos parecen escritos por Marcial Lafuente Estefanía (no se le va a pedir a estas alturas a Tarantino que aprenda a leer y escribir). Los "bastardos" simplemente dan risa (o pena, según se mire, y en cuanto a la "aclamada" secuencia final despues de Auswitchz, Mathausen etc. es de una inmoralidad propia de tipos como Quentin. El cine americano actual es hoy más malo que ayer pero menos que mañana. Eso si, es el único que nos dejan ver junto al no menos espantoso cine español. ¡Ah¡, y al Séptimo Arte no todo le está permitido, faltaría más.-
Me atrevo a vaticinar que Christoph Waltz se lleva el Óscar. Gran película y gran comentario. Saludos "freaknéfilos".
He sido curioso a lo largo de mi vida: leí a don Marcial y seguí a través de la tele pública el mamotreto de "Shoah". He aplaudido por igual "La lista de Schlinder" y "Doce del patíbulo". Creo que al 7º Arte no se le puede permitir todo, pero que se le ha prohibido demasiado. Y tengo la certeza de que después de Auschwitz y Mathausen se han cometido inmoralidades (incluso en su memoria) peores que replantear la Historia en una obra de ficción. Un saludo, mr. "perfil no público".
Alberto, imagino que en la quiniela de esa noche mucho tendrán que cambiar las cosas para que, no ya nosotros dos, sino los tres habituales, no marquemos esa misma casilla...
No sé si me ha alegrado más leer tu crítica o ver la película del maestro Quentin (en v.o., por supuesto); pero he disfrutado con ambas cosas.
Ni me considero megafan de Tarantino, y tampoco es que controle demasiado de su filmografía, vida y milagros.
Pero me gustaría decir que me ha parecido una obra redonda; así que me sumo al grupo de admiradores.
Este tipo está pirado, pero sabe muy bien lo que se lleva entre manos.
¡Christoph Waltz, qué descubrimiento! ¿De dónde han sacado a ese tipo? Me recordaba físicamente a otro Roth, Tim Roth, en alguno de esos papeles de malo malísimo, con los que también nos obsequiaba éste último... (Rob Roy, por ejemplo).
Ambos actores han sabido dotar a sus creaciones más bizarras de un encanto... repulsivo a la vez. En el caso del alemán, creo que todos estamos destacando su amabilidad, aunque creo que la confundimos con el paripé del que hacen gala los faltos de empatía.
Quizás no haga falta darle el Oscar (e, incluso, pueden aparecer candidatos más merecedores de él en los próximos meses), pero sería tremendamente injusto que no estuviera nominado...
Mira que cosas. A mi "Shoah" (y a otros muchos no colonizados por la bastarda cultura yanqui)me parece una obra maestra y "La lista de Schindler" un petardo setimentaloide y cursilón en la línea habitual de Stevie (el hombre que contribuyó decisivamente a cargarse el gran cine americano de otrora. En cuanto a "Doce del patíbulo" esta sí es un ladrillo lleno de tópicos y vulgarote. En las antípodas, por ejemplo, de "Uno rojo división de choque" del muy notable Fuller o de "La colina de los diablos de acero" del, a veces, más que estimable Anthony Mann. Y podría seguir con otros buenos films de guerra del cine americano. Pero, please, ¿como podéis tomaros en serio a ese payasete de Quentin?. Es algo que escapa por completo a mis veteranas, y a lo peor, deterioradas neuronas. En cuanto a mi perfil lo conoces de sobra y a mi persona tambien.Te lo comunico con mi más sincero afecto. Amén de que las discrepancias no agresivas creo que son siempre positivas en lo que se refiere a nuestro amado 7º Arte. Abrazos.
VERGERUS es Luis Betrán, mi buen amigo. ¿De donde viene ese alias?.
Recuerda que la persona que carece de sentido del humor y que no sabe, en ocasiones, reirse de si mismo para mi es un cadaver ambulante.
Querido Luis "Vergerus":
Evidentemente, discrepo del valor cinematográfico que le das a Spielberg y reconozco mi debilidad por Aldrich. Sin embargo, estamos de acuerdo en las cualidades de Fuller y Mann, aunque siempre he visto la cinta que citas del "tío Sam" como la obra maestra que no es y no como la que podría haber sido.
Seguramente, en estos dos últimos puntos, Tarantino estaría más en acuerdo contigo que conmigo. Cosa curiosa, porque si infravaloras sus bases cinéfilas es lógico que hagas lo mismo con su trayectoria cinematográfica. Me duele (pero sin hacer herida) que no le reconozcas al menos la calidad de "Pulp fiction".
Como ya nos conocemos más allá de los cibermundos, sabes que admiro tu perfil provocador, aunque no posea la capacidad de emularlo. Si me atreviera, nadie reconocería mi autoparodia y me acusaría de epatar, creo. Por eso creo que más que su sueco alias te vendría mejor el más marveliano GALACTUS.
Un abrazo. Hasta algún día en la tertulia...
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