Tramposas

Leo este domingo, en la edición electrónica de un diario nacional, el siguiente titular: "Jennifer Aniston se desnuda (literalmente)". Y yo sé que es mentira. La revista GQ es una de esas basuras en papel couché ideadas por comerciales y publicistas, editadas por hombres que viven mejor que sus lectores y escritas por redactores que no saben hilvanar una frase con otra. Aniston ha decidido, como recientemente Belén Rueda en la versión española de Elle, lucir palmito, tirar de photoshop y cobrar una pasta por no enseñar nada a un montón de gilipollas que se dejarán sus buenos euros en comprar aire. ¿Es que el pringado medio no se da cuenta de que dejando de comprar esas publicaciones se ahorra una pasta anual que puede invertir en mil cosas que satisfagan mejor su maltrecho sentido del hedonismo? Como esas divas no van a cambiar y aquí no enseñan cacho sin trampear ni las zorras de GH, habría que auspiciar un ERE en las redacciones de las revistas que se burlan de sus compradores. Sueño, pero he aquí una perla de mi sabiduría: "la fotografía erótica existe, pero no tiene cabida en las publicaciones donde aparecen las famosas y millonarias que si no te iban a decir ni hola por la calle, imagínate enseñarte el culo en los quioscos..."