

La guapa Segolène Royal se queda sin mandar y se cabrea. Mala perdedora (en el cuenta y el recuenta). ¿Lo es porque su contrincante, Martine Aubry, no es tan sexy como ella o porque las bases del partido prefieren la izquierda de veras que propugna la segunda antes que el socialismo descafeinado y mimetizado con el Sarkozysmo que proponía la primera?
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