Al señor I. le gusta acosar a sus empleados. Además, humilla psicológicamente y por sistema a sus dependientas. Tiene miedo de la crisis (ganar menos dinerito) y la emplea como excusa para ser el cabrón que le gusta ser (y pagar menos dinerito). Eso sí, cuando los de oficinas le hacen pirulas no se entera, porque a demás es gilipollas. Como él hay mucho macho español que no se entera de que el mobbing y la violencia de género están mal vistas, pero le da igual, porque estas cosas nunca se saben. El señor I. vende pinturas y muebles. Y le atenderá (mal, sr. cliente, porque también le acosará con mensajes estúpidos y hasta con gritos si le cae mal) en cualquiera de sus establecimientos en Zaragoza.
PS: la foto que acompaña al texto no ha sido elegida aleatoriamente. A buen entendedor...
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